El turismo rural es la modalidad turística que se desarrolla íntegramente en el medio rural, espacio que se caracteriza por disponer de una serie de recursos y productos endógenos (naturales, culturales o históricos) que le infunden una personalidad concreta y sirven como reclamo para los turistas de este tipo de iniciativas.
Durante los últimos años se ha producido un cierto incremento de la oferta turística en el medio rural, y la puesta de moda de este tipo de prácticas ha tenido como consecuencia que gran parte de los municipios de interior sueñen con un esperanzador futuro económico de su área, ahora bien, no debemos entender el turismo rural como la medicina que todo lo cura, no es la "gallina de los huevos de oro" que salvará de la peligrosa dinámica que esta cogiendo el medio rural, sino como una de las muchas iniciativas que pueden suponer una aportación al desarrollo integral del medio rural. Por tanto, es necesaria una remodelación del modelo turístico rural, en la que se frene el incremento de la oferta y se mejore la calidad de la existente, de la promoción y oferta complementaria, ya que el turista que llega no solo busca alojamiento sino que demanda también actividades para realizar durante su estancia. No podemos negar que la gran mayoría de municipios de interior nos brindan unas condiciones perfectas en cuanto a lo este tipo de turista demanda, es decir, parajes y parques naturales, patrimonio arquitectónico, senderismo etc., hay que aprovechas todos estos recursos, pero siempre y cuando se haga desde un punto de vista sostenible.
Además, no hay que olvidar un hecho fundamental, y es que la actividad turística rural se debe llevar a término como soporte económico a la actividad tradicional, para mejorar las rentas y los ingresos económicos de las familias del medio rural. Hay que cambiar de mentalidad y debemos darnos cuenta que el turismo rural tiene que ser una iniciativa más en el proceso de desarrollo rural.
Por otra parte, la oferta complementaria tiene que basarse íntegramente en recursos locales, así, podremos definir el tipo de oferta que comercializaremos y el tipo de turista que queremos recibir. Como norma general este tipo de turista suele ser respetuoso con el medio, ya que encuentra en la naturaleza (paisajes, senderos o parajes) y en la cultura local (gastronomía o historia) un gran atractivo a la hora de realizar sus vacaciones.
Respecto al papel que tiene que jugar el turismo en el proceso de desarrollo de los espacios rurales, hay que indicar que se ha sobrevalorado de manera un tanto excesiva su importancia. Por eso, durante las últimas décadas, y sobretodo a partir del progreso de la actividad turística, el medio rural ha sustituido la actividad productiva tradicional de estos espacios, fuente de equilibrio y estabilidad antaño, por un sistema de explotación del ocio y del tiempo libre a partir de la actividad turística, y eso es un hecho muy grave que esta cambiando totalmente la forma de vida de los espacios rurales. Además, en muchos municipios rurales la introducción de la segunda residencia ha tenido como consecuencia que muchos agricultores vendan tierras de antiguo uso agrario para construir urbanizaciones de viviendas unifamiliares que suponen un fuerte impacto paisajístico en los municipios, y no se traducen en una ayuda al progreso integral del espacio rural, sino que transforman estas áreas en un proceso inmobiliario que solo supone ingresos en un primer momento, a corto plazo. Todo ello ha hecho que el medio rural se convierta en un espacio en venta. Ahora bien, la implantación de iniciativas de desarrollo turístico puede suponer al mismo tiempo una aportación para el progreso de los municipios rurales, sobretodo mediante la creación de trabajo, mantenimiento de rentas y un hecho básico para todo municipio rural, el asentamiento de nueva población en estas zonas.
Pero, al contrario, no son pocos los problemas a los que tiene que hacer frente la actividad turística en los espacios rurales, ya que se trata de una actividad estacional que se centra principalmente en puentes y meses de verano. Además, la actividad debe luchar para regular un amplio numero de establecimientos ilegales que pueden dar una imagen poco seria de la iniciativa turística en caso de haber problemas derivados de los servicios y la atención que se ofrecida. En definitiva, lo que hay que plantearse es intentar la asociación de todas las iniciativas empresariales con el fin de homogeneizar y evitar competencias desleales entre las empresas, por tanto, se podría mejorar la comercialización del producto turístico, los beneficios y la coordinación interna y la relación con la administración pública, ya que de ésta derivan principalmente las ayudas y subvenciones económicas y las políticas para el desarrollo del turismo rural.
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