miércoles, 23 de octubre de 2013

Custodia del Territorio

¿Qué es la custodia del territorio?

Custodia, del latín "custodia/custodiae"; guardar, conservar, respetar.



La custodia del territorio la podemos entender como un conjunto de estrategias e instrumentos que pretenden implicar a los propietarios y usuarios del territorio en la conservación y el buen uso de los valores y los recursos naturales, culturales y paisajísticos. La idea base es que conservar la naturaleza, el paisaje y el patrimonio cultural no es una responsabilidad que recae solo en las administraciones públicas, como normalmente se piensa, sino que la ciudadanía, la sociedad civil y las empresas privadas también pueden y deben contribuir en este aspecto. Por eso, a diferencia de otros instrumentos y estrategias con similares objetivos, la custodia del territorio requiere la implicación directa y activa de la sociedad civil, por una parte, y de aquellas personas que son propietarias o usuarias de terrenos forestales, agrícolas o urbanos, por otra.

¿Por qué es necesaria?

Conservar los beneficios que nos aportan los espacios naturales, mantener los paisajes que nos identifican y de los que tanto disfrutamos y frenar la pérdida de especies animales y vegetales, son retos que la humanidad está afrontando desde hace décadas y que se han traducido en diversos acuerdos internacionales y leyes a nivel nacional. Asumir todos estos retos depende de todo el mundo, no únicamente de las administraciones públicas y de los gobiernos. En España, gran parte de los terrenos que se tienen que conservar se encuentran en fincas de propiedad privada, por eso es imprescindible implicar y dar apoyo a los propietarios de estas fincas para conseguir los retos indicados anteriormente. Esto es lo que pretende la custodia del territorio.

¿Quién la aplica?


Organizaciones sin ánimo de lucro, públicas o privadas, que se dedican exclusivamente, o a modo de complemento a otras actuaciones, a conservar la naturaleza y el paisaje utilizando instrumentos de custodia del territorio para conseguirlo. Este tipo de organizaciones, más allá de su nombre específico o de la figura legal a la que estén amparadas, se denominan genéricamente entidades de custodia del territorio.

¿Dónde se aplica?

En espacios que tengan interés especial por la fauna, flora, el patrimonio cultural o los paisajes que acojan o que podrían acoger si se aplicasen las medidas adecuadas. Dichos espacios pueden ser forestales, agrícolas, fluviales, marinos e incluso urbanos. Estas fincas suelen ser de propiedad privada, aunque los instrumentos de custodia también se utilizan en fincas de propiedad municipal que pertenecen a ayuntamientos y otras administraciones locales. A veces, los terrenos donde actúan las entidades de custodia son de dominio público, por lo tanto, pertenecen al conjunto de la sociedad, como es el caso de los espacios costeros y marinos. Las fincas pueden estar incluidas dentro o fuera de espacios protegidos legalmente (parques y reservas naturales, Red Natura 2000), si estuvieran dentro, la custodia del territorio complementa y refuerza la protección legal.

¿Cómo se lleva a la práctica?

Mediante pactos voluntarios que acuerden las entidades de custodia del territorio y los propietarios de los terrenos a conservar, y que establezcan compromisos de las dos partes dirigidos a mantener o recuperar el patrimonio natural y cultural de las fincas que son objeto de dichos pactos. Estos pactos, denominados acuerdos de custodia, se suelen fijar por escrito en un contrato obligando a una colaboración continua entre la entidad y el propietario, con una duración pactada que beneficia las dos partes: a la entidad, porque con los acuerdos contribuye a cumplir su misión, y al propietario, porque obtiene soporte técnico, y en ciertas ocasiones, recursos económicos o humanos para poder gestionar su finca, además de un reconocimiento social y satisfacción personal por contribuir a conservar la naturaleza y el patrimonio. Los acuerdos de custodia son el principal instrumento que utilizan las entidades de custodia, pero no el único. Otros instrumentos de custodia del territorio son las actividades de sensibilización y formación de propietarios rurales, las campañas educativas dirigidas a la ciudadanía, las actuaciones de los voluntarios de las entidades en espacios de custodia o actos de reconocimiento de la buena gestión que hace un propietario de su finca.

Un claro ejemplo de todo lo explicado anteriormente lo encontramos en mi pueblo, Cocentaina, dentro del Parque Natural de la Sierra de Mariola se encuentra la finca del Mas de Llopis. Si tenemos que destacar algún valor de todos los que posee esta zona es el incalculable valor ecológico ya que forma un ecosistema mediterráneo con gran parte de las especies características de éste como en pocos lugares quedan en la actualidad.



Por este motivo se realizó un acuerdo de custodia del territorio con la consecución del mismo a través de la firma del convenio de custodia del territorio Mas de Llopis por parte del ayuntamiento de Cocentaina y la asociación ecologista Grup d'Amics de la Natura. 


viernes, 4 de octubre de 2013

El paisaje rural



Prácticamente todo el mundo es capaz de reconocer un paisaje rural, pero lo cierto es que no resulta fácil definirlo de manera objetiva, y es que la variedad de paisajes rurales que nos podemos encontrar no sólo afecta a su aspecto, sino también a su función y sus características básicas. En el mundo desarrollado los núcleos rurales tienen muchas funciones que hasta no hace mucho estaban reservadas a las ciudades, por otra parte, en el entorno de las ciudades han aparecido tareas agrícolas que estaban reservadas a las zonas rurales, así pues, incluso en un mismo país, no está clara la línea en la que acaba la ciudad y en la que empieza el campo. 


No obstante, el espacio rural posee unas características que están ausentes en las zonas urbanas y la mayor parte de ellas tienen que ver con la necesidad de tener grandes espacios para producir y construir:
- Baja densidad de población
- Actividades industriales nocivas que suelen ocupar mucho espacio
- Actividades extractivas como la minería, canteras y la silvicultura
- Instalaciones de ocio de grandes dimensiones; estaciones de esquí, campos de golf...
- Actividades agropecuarias
Las actividades agropecuarias son las que tradicionalmente se han utilizado para definir los distintos paisajes rurales.

No se debe confundir el espacio rural con el espacio natural, el espacio natural es aquel en el que la naturaleza es la que conforma el paisaje, mientras que el espacio rural es aquel en el que la sociedad organiza el territorio para aprovechar los recursos naturales de los que se dispone. No obstante, los espacios rurales tienen una serie de condicionamientos puramente ecológicos relacionados con la naturaleza que les rodea, clima, suelo etc. La agricultura actual ha tratado de superar dichos condicionamientos a través de los cultivos bajo plástico, pero las técnicas para superar estas limitaciones son muy antiguas, entre ellas esta la técnica del barbecho en la que parte de la superficie de cultivo se deja sin cultivar durante un tiempo. Existen varios tipos de barbecho, corto, de uno o dos años y largo en el que se permite la recuperación total del bosque. Otra técnica es la del regadío, hasta el punto de que en muchos paisajes agrarios el regadío es algo esencial, no obstante, las técnicas de regadío han cambiado mucho, desde el riego a manta hasta el riego por aspersión o el sistema por goteo, todo ello teniendo en cuenta la estructura de la propiedad y de las explotaciones.

El mundo rural se organiza en torno a una ciudad de la que depende, su baja densidad demográfica implica que las decisiones que les afectan en buena medida provengan de la urbe. Además debe mantener un equilibrio entre el número de habitantes y los recursos naturales. La gran cantidad de espacio que se necesita para aprovecharlo hace que la densidad demográfica siempre sea baja. Este equilibrio se rompe fácilmente, y, sobre todo en los países ricos, los agricultores se ven en la necesidad de recibir ayudas y subvenciones para que su actividad no desaparezca y proporcionen productos que no hagan subir los precios de los alimentos básicos.

Hoy en día del medio rural no sólo se demandan recursos naturales, sino también servicios relacionados con el paisaje y el modo de vida por parte de los urbanitas. El servicio que más impacto tiene en la actualidad es el de la vivienda, tanto principal como secundaria, son personas que viven en los pueblos pero trabajan en la ciudad, o simplemente que trabajan desde su propia casa y necesitan desconectar de la gran ciudad, este proceso se le conoce como la "rururbanización".