"Las pasiones humanas son un misterio: los que se dejan llevar por ellas no pueden explicarlas y los que no las han vivido no pueden comprenderlas. Hay seres humanos que se juegan la vida por subir a una montaña. Nadie, ni tan solo ellos, pueden explicar realmente el porqué"
La Historia Interminable, Michael Ende
Senderismo, excursionismo o "trekking" son palabras que a menudo hemos escuchado nombrar para una misma práctica deportiva, pero en realidad se trata de actividades diferentes. El senderismo es una actividad no competitiva que se practica a pie y se desarrolla por caminos y sendas, tradicionales o no, situadas en el medio natural, mientras que el excursionismo consiste en realizar rutas por el medio natural, generalmente a pie, en bicicleta, caballo o raquetas de nieve, con una finalidad recreativa. El "trekking" consiste básicamente en caminar durante varios días por zonas de montaña, preferiblemente aisladas de la civilización. Al final, todo se reduce al acto de caminar, que, en definitiva, es la forma más antigua de desplazamiento de las personas y animales a través de las montañas y valles. Una actividad que con el paso del tiempo va ganando adeptos. Además de practicar un deporte, las personas buscan un mayor acercamiento a la naturaleza que los aleje de la rutina y el estrés de la vida actual.
Caminar o pasear por el campo no requiere ninguna condición física ni una edad mínima, el ritmo y el nivel de esfuerzo lo marca cada uno de nosotros. El senderismo igual implica un mayor esfuerzo físico, ya que el estado de forma del excursionista determinará el grado de dificultad y distancia que podrá alcanzar. Como deporte, el principio básico del senderismo es la mejora física y psíquica de los participantes, además, favorece la recuperación y la interconexión entre las personas, el medio rural y la naturaleza.
Asimismo, el senderismo requiere ciertas "normas" que vamos a resumir en esta serie de recomendaciones:
- La premisa esencial del excursionista consiste en dejar los lugares por donde camina como si no se hubiera estado nunca. Mostrar en todo momento un respeto absoluto por la naturaleza y el entorno, no molestar los animales ni arrancar ninguna planta, en especial las protegidas. No abandonar ni enterrar ningún tipo de residuo, orgánico o no. Adoptar por norma la costumbre saludable de llevároslos. No se debe marcar la roca con graffitis ni hacer señales con la navaja en los troncos de los árboles.
- Hay que informarse del tiempo, los cambios bruscos de tiempo en la montaña son muy frecuentes. Evitar los barrancos durante la estación lluviosa: otoño y primavera.
- Antes de salir preparar la excursión: estudiar los mapas y la dificultad del recorrido.
- Tener en cuenta la capacidad física de cada uno, escoger recorridos que se adapten a vuestras posibilidades, ajustadas al compañero que menos preparado se encuentre; evitar salir a la montaña sin compañía.
- Preparar el material adecuado: unas buenas botas de montaña, pantalones resistentes, proveerse de alguna gorra, gafas de sol, camisetas transpirables, polar en tiempos de frío...
- Llevar agua y comida por encima de vuestras propias estimaciones.
- Colocar en la mochila un impermeable y un botiquín básico de primeros auxilios.
- Suelen estar indicadas las direcciones a seguir durante una excursión, aun así, es conveniente llevar con nosotros una brújula.
- No encender fuego bajo ningún concepto.
- Finalmente, buscar nuestro ritmo, encontrarnos cómodos y no abandonarlo. Hay que recordar que no practicamos ningún deporte de competición.
Tipos de sendas
Las sendas de pequeño recorrido (PR) que reúnen la mayor parte de los itinerarios, se pueden realizar en poco tiempo, como mucho una jornada, con un trayecto muy inferior a los de gran recorrido (GR) señalizadas con pintura roja y blanca. Son sendas señalizadas con pintura blanca y amarilla y cada comunidad autónoma ha establecido una numeración que las identifica. Otra alternativa son los senderos locales (SL), con itinerarios inferiores a 10 Km y señalizados con colores verde y blanco.
La red de senderos de la Comunidad Valenciana se ha definido gracias al trabajo de entidades excursionistas, asociaciones comarcales y municipios interesados y se han recuperado antiguos caminos de montaña que en otras épocas comunicaban las poblaciones.